En la mañana de hoy, alrededor de las 11, la tranquilidad de Venado Tuerto se vio abruptamente interrumpida por un accidente inesperado que, afortunadamente, no tuvo consecuencias fatales, pero que pudo haber terminado en tragedia. En un instante, la rutina cotidiana de los vecinos se transformó en un despliegue de sirenas y preocupación.

Norma, una mujer de 73 años, conducía su Volkswagen Gol gris oscuro cuando decidió salir del estacionamiento del supermercado La Anónima. Sin embargo, algo salió mal. En un descuido fulminante, perdió el control del vehículo. Según testigos, la barrera de acceso al estacionamiento no fue un obstáculo suficiente: la conductora la impactó con fuerza, derribándola como si fuera un simple trozo de cartón. En cuestión de segundos, el automóvil cruzó la avenida Casey, afortunadamente en momentos en que nadie estaba circulando exactamente por allí.

Walter Barbieri, de Bomberos Voluntarios, que llegó rápidamente a la escena, relató cómo se desarrolló la secuencia del siniestro. “La conductora impactó contra el sistema eléctrico de la barrera, derribándolo completamente. Luego, cruzó la avenida en línea recta, sin colisionar con algún vehículo en movimiento, pero sí golpeando dos autos estacionados a su derecha”. 

El Toyota Corolla gris claro, propiedad de Juan, de 56 años, fue el primer vehículo que recibió su embestida. El impacto fue tan fuerte que el Corolla fue desplazado hacia atrás, mientras el Volkswagen Gol siguió su senda, subiendo a la vereda y llevándose por delante una bicicleta que allí se hallaba. La mountain bike azul de Sebastián, de 27 años, quedó hecha añicos, un triste testimonio de lo que pudo haber sido una tragedia mayor.

Casi al final de su recorrido, el Volkswagen Gol terminó impactando contra la pared de un local del Patio Casey. También resultó afectado un Renault Megane gris, estacionado en las cercanías y propiedad de Favio, de 32 años, aunque con daños menores en comparación con el Toyota.

A pesar de la magnitud del accidente, la respuesta comunitaria fue rápida y efectiva. Vecinos acudieron al rescate de la conductora, que cuando llegaron los servicios de emergencia, se encontraba fuera del vehículo, sentada en una reposera, como si hubiera padecido el sinfín de acontecimientos sin un rasguño que lo delatara. Barbieri señaló que fue evaluada por personal médico del SIES, que determinó que no presentaba lesiones significativas, salvo una leve herida en la mano. 

La situación, aunque aterradora, pudo haber tenido un desenlace mucho más grave. Los airbags del Volkswagen Gol se activaron, y los bomberos desconectaron la batería del auto para evitar riesgos adicionales. Mientras tanto, personal de Tránsito y la policía local aseguraron la zona, tomando fotografías y comenzando la investigación pertinente.

Las causas de esta pérdida de control aún permanecen en la nebulosa. Norma no recordaba haber tenido ningún problema de salud o descompensación que pudiera haber desencadenado el siniestro. Las autoridades continúan investigando, mientras la comunidad respira aliviada, reconociendo que, en el juego del destino, el accidente pudo haber tenido un desenlace mucho más trágico. 

 

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Laboratorio de Analisis Clínicos

Mario Maestu