La Federación de Sindicatos de Trabajadores Municipales (FESTRAM) ha anunciado un paro de actividades de 48 horas, programado para el miércoles 28 y jueves 29 del corriente, con movilizaciones a lo largo de toda la provincia. La medida de fuerza, radicalización de una postura ya manifestada, se origina en el estancamiento de las negociaciones paritarias con el gobierno provincial, que no ha logrado satisfacer las demandas salariales y previsionales del sector municipal. La persistencia de una oferta considerada insuficiente y la falta de cumplimiento de acuerdos previos han precipitado esta nueva instancia de conflicto, profundizando la ya tensa relación entre los trabajadores municipales y la administración de Maximiliano Pullaro.
La jornada de negociaciones, extendida durante toda la mañana en la capital provincial y con la participación del intendente Leonel Chiarella, culminó sin avances significativos. El secretario general de la ATM, Juan Arigoni, expresó a través de las redes sociales del gremio la frustración ante la inflexible postura del gobierno. "La propuesta no cambió, no quieren reconocer el 4,5 % en blanco para que vaya al recibo de sueldo," declaró, poniendo de manifiesto el principal punto de discordia: la negativa a incorporar un porcentaje significativo al salario básico, afectando directamente la base de cálculo para futuros incrementos y otras prestaciones.
Además del tema salarial, la FESTRAM ha elevado una fuerte protesta por la situación de los jubilados municipales, quienes no estarían percibiendo los mismos aumentos salariales que los trabajadores activos. Este reclamo, que ya había sido anticipado, se suma a la preocupación por el incremento del 150 % en los servicios de Iapos, la obra social provincial, que impacta negativamente en el poder adquisitivo de los empleados municipales. La confluencia de estos factores ha exacerbado el malestar y endurecido la posición de la federación sindical.
La propuesta salarial presentada por la provincia, un 8 % en tres etapas (3 % con los sueldos de abril, 2,6 % con los de mayo y 2,4 % con los de junio), fue considerada inaceptable por la FESTRAM. Esta oferta, idéntica a la rechazada la semana pasada y que ya había provocado un paro con alto nivel de adhesión, refleja la escasa flexibilidad del gobierno provincial y su determinación a cerrar la discusión salarial por decreto, una decisión que ha generado amplio rechazo entre los gremios estatales.
La FESTRAM ha insistido en que, más allá de los porcentajes ofrecidos, el gobierno provincial no ha demostrado voluntad de cumplir con el punto 4 del acta paritaria anterior, referente al pago a los jubilados del acuerdo salarial establecido para los trabajadores activos. Este incumplimiento agrava la desconfianza y dificulta la búsqueda de una solución negociada.
El panorama actual es de incertidumbre y confrontación. La FESTRAM, con el respaldo de sus bases, se mantiene firme en sus reclamos, mientras que el gobierno provincial parece aferrado a su propuesta, buscando imponerla a través de medidas unilaterales. La falta de diálogo y la rigidez de las posiciones auguran una escalada del conflicto, con consecuencias imprevisibles para la administración pública municipal y para los ciudadanos que dependen de sus servicios.
Análisis del último paro municipal del 16 de mayo: similitudes y persistencias del conflicto
El paro municipal del 16 de mayo pasado, convocado también por la FESTRAM, sirve como un valioso antecedente para comprender la dinámica y la persistencia del conflicto actual. En aquella ocasión, la medida de fuerza respondió al mismo desencadenante: el rechazo a la propuesta salarial del gobierno provincial y la falta de avances en las negociaciones paritarias. Al igual que ahora, la FESTRAM denunció la insuficiencia del aumento ofrecido, la ausencia de una recomposición salarial acorde a la inflación y el incumplimiento de compromisos previos.
La alta adhesión al paro del 16 de mayo evidenció el profundo malestar existente entre los trabajadores municipales y la determinación del gremio a defender sus derechos. La movilización provincial, con actos y protestas en diferentes localidades, demostró la capacidad de la FESTRAM para coordinar acciones y ejercer presión sobre las autoridades.
Una similitud fundamental entre el paro del 16 de mayo y el actual reside en la intransigencia del gobierno provincial. La decisión de Maximiliano Pullaro de cerrar la discusión salarial por decreto, anunciada previamente al paro anterior, anticipó la postura inflexible que ha mantenido hasta el presente. Esta actitud, percibida como una imposición, ha exacerbado la frustración de los trabajadores municipales y ha fortalecido la determinación de la FESTRAM a continuar con las medidas de fuerza.
Sin embargo, existen también algunas diferencias sutiles entre ambos paros. En esta nueva instancia, la situación de los jubilados municipales ha cobrado mayor relevancia, convirtiéndose en un eje central del reclamo. El incremento en los servicios de Iapos también ha añadido un nuevo elemento de presión, profundizando el impacto económico de la situación salarial.
Otro aspecto a considerar es el contexto político. La cercanía de las elecciones y la creciente polarización social podrían influir en la negociación y en la búsqueda de una solución al conflicto. El gobierno provincial, presionado por diferentes sectores, podría verse obligado a flexibilizar su postura, mientras que la FESTRAM, consciente de su poder de movilización, buscará maximizar sus demandas.
En definitiva, el paro del 16 de mayo y el actual paro de 48 horas reflejan la persistencia de un conflicto laboral profundo, arraigado en la desconfianza, la falta de diálogo y la percepción de injusticia. La similitud de los reclamos y la reiteración de las medidas de fuerza evidencian la necesidad de una negociación seria y constructiva, que tenga en cuenta las legítimas demandas de los trabajadores municipales y que permita alcanzar una solución sostenible en el tiempo. La clave para superar esta crisis reside en la voluntad política de ambas partes para ceder en sus posiciones y priorizar el bienestar de la comunidad. De lo contrario, el conflicto continuará escalando, generando mayores perjuicios para todos.
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