En un movimiento que sacude el panorama agropecuario nacional, la ingeniera agrónoma María Beatriz “Pilu” Giraudo, figura prominente del agro argentino y radicada desde hace décadas en Venado Tuerto, ha sido designada como la nueva presidenta del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). La designación, que se espera sea oficializada en las próximas horas, marca un punto de inflexión en la gestión del organismo encargado de velar por la salud animal, la inocuidad alimentaria y la certificación de las exportaciones agropecuarias del país.

Giraudo, reconocida por su vasta trayectoria técnica y su fuerte vínculo con la red agro-productiva, asume el cargo en un contexto de alta tensión regulatoria y reconfiguración profunda del sistema agroinstitucional argentino, impulsada por el gobierno de Javier Milei y motorizada por sectores vinculados a Aapresid —la influyente Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa— de la cual Giraudo fue presidenta y es hoy presidenta honoraria. Su llegada al Senasa no solo recompone su posición dentro del esquema libertario, sino que también consolida la influencia de Aapresid dentro del gobierno actual.

 

La salida sorpresiva de Pablo Cortese: un conflicto de trasfondo

La designación de Giraudo se produce tras la sorpresiva renuncia de Pablo Cortese, quien contaba con más de 30 años de trayectoria técnica en el Senasa. La salida de Cortese se precipitó tras un conflicto interno en el organismo y comercial entre laboratorios veterinarios por la importación y aprobación para su comercialización de vacunas antiaftosa para el ganado, particularmente las dosis de “Ourovac Aftosa Biv” importadas desde Brasil por Tecnovax y cuestionadas por Biogénesis Bagó, que incluso llegó a intimar al funcionario con posibles acciones legales.

Allegados al ahora exfuncionario resumieron la situación afirmando que Cortese “se cansó” de las presiones y tensiones internas. “Es un técnico, no político”, señalaron, evidenciando la creciente tensión entre una mirada técnica tradicional del organismo y una agenda de desregulación acelerada impulsada desde el Ministerio de Economía y la Secretaría de Agricultura. En ese marco, Giraudo emerge como una funcionaria alineada con el nuevo paradigma, dispuesta a implementar los cambios y ajustes necesarios para modernizar el sector agropecuario.

De Zenón Pereyra a Venado Tuerto: el ascenso de una referente del agro

Nacida en Zenón Pereyra, pero venadense por adopción, Pilu Giraudo es reconocida como una de las referentes técnicas y políticas del modelo de siembra directa. Productora agropecuaria, asesora y promotora de la bioeconomía, ha sido una activa impulsora de redes de mujeres rurales y de una visión moderna del agro centrada en la eficiencia productiva y la sustentabilidad bajo parámetros empresariales.

Su compromiso con el desarrollo local se evidencia en su participación activa en diversas organizaciones de Venado Tuerto. Se desempeñó como secretaria del Banco de Alimentos y como secretaria de la Asociación Civil Mana (perteneciente a la Red Conin), y fue integrante de la comisión directiva de la Sociedad Rural Venado Tuerto, además de ser productora y asesora de empresas agropecuarias. A la vez, formó parte del equipo consultivo del Plan Estratégico Participativo (PEP) 2030-2035, demostrando su visión a largo plazo para el desarrollo de la región.

Su trayectoria a nivel nacional también es destacable. Durante la gestión de Mauricio Macri, fue Coordinadora de Políticas para el Desarrollo Sustentable en el entonces Ministerio de Agroindustria. Con el gobierno de Milei, asumió como vicepresidenta del INTA, donde respaldó las polémicas reformas y ajustes que eliminaron la autarquía del organismo, suprimieron cargos históricos, y avanzaron en una centralización de poder y recursos en Buenos Aires. Si bien su papel en esa transformación fue clave, quedó marginada del nuevo organigrama, ocupando un cargo técnico ad honorem sin remuneración. Su llegada al Senasa recompone, en ese sentido, su posición dentro del esquema libertario.

 

Senasa: un organismo estratégico en la mira de la desregulación

Giraudo asume la presidencia de un organismo que emplea a más de 5.000 técnicos en todo el país y que cumple funciones críticas para el control de plagas y enfermedades, la certificación sanitaria de alimentos y la habilitación de exportaciones. El Senasa es un pilar fundamental para el mantenimiento de los estándares internacionales de calidad y sanidad que permiten a Argentina posicionarse como un actor clave en el mercado agroalimentario global.

El desafío que enfrenta Giraudo no es menor: mantener esos estándares en un contexto de ajuste presupuestario, pujas sectoriales y presiones desreguladoras. La interna desatada por la importación de vacunas antiaftosa desde Brasil es solo un ejemplo de las tensiones que deberá sortear en su gestión.

 

Críticas y expectativas: el debate en torno a la designación

Si bien la designación de Giraudo ha sido recibida con beneplácito por sectores ligados a Aapresid y al Ministerio de Economía, también ha generado críticas y cuestionamientos por parte de otros actores del sector. Algunos señalan que Giraudo no tiene experiencia directa en sanidad animal ni en gestión sanitaria, lo que podría dificultar su desempeño al frente de un organismo tan complejo y técnico como el Senasa.

Ante estas críticas, se especula con la posible designación de un vicepresidente con perfil técnico-veterinario para complementar la gestión de Giraudo y aportar la expertise necesaria en áreas específicas. Sin embargo, su fidelidad al proyecto oficial y su capacidad de articulación política la convirtieron en la elegida por el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, con el aval del influyente Juan Pazo, hombre fuerte del Ministerio de Economía.

 

Aapresid consolida su influencia: un nuevo paradigma para el agro argentino

Con la designación de Giraudo, Aapresid consolida su influencia dentro del gobierno de Milei. Ya había colocado a Nicolás Bronzovich como presidente del INTA, ahora intervenido. La llegada de Giraudo al Senasa completa una suerte de “doble comando” del agro técnico-empresarial, alineado con los lineamientos del Ministerio de Economía y con una visión de modernización basada en la apertura de mercados, la flexibilización normativa y la reducción del Estado en el entramado agroindustrial.

Este nuevo paradigma plantea desafíos y oportunidades para el sector agropecuario argentino. Por un lado, se espera que la apertura de mercados y la flexibilización normativa impulsen la eficiencia y la competitividad del sector. Por otro lado, preocupa la posible desprotección de los productores más pequeños y la pérdida de control sobre la calidad y sanidad de los alimentos.

 

Los desafíos inmediatos: sanidad, apertura comercial y tensiones sectoriales

La nueva presidenta del Senasa deberá afrontar múltiples desafíos en el corto plazo. En primer lugar, deberá garantizar la sanidad animal y vegetal, previniendo y controlando plagas y enfermedades que puedan afectar la producción agropecuaria y la salud pública.

En segundo lugar, deberá coordinar con los sectores productivos en un contexto de mayor apertura comercial, buscando acuerdos y consensos que permitan aprovechar las oportunidades del mercado global sin poner en riesgo la competitividad de los productores locales.

En tercer lugar, deberá evitar que se profundicen las tensiones con los actores nacionales de la cadena agroalimentaria, buscando un diálogo constructivo y transparente que permita construir políticas públicas consensuadas y beneficiosas para todos.

 

Un futuro de cambios y expectativas

La llegada de María Beatriz “Pilu” Giraudo a la presidencia del Senasa marca un punto de inflexión en la historia del organismo y del sector agropecuario argentino. Su gestión estará marcada por los desafíos de la desregulación, la apertura comercial y la necesidad de mantener los estándares de calidad y sanidad que permitan a Argentina seguir siendo un actor relevante en el mercado agroalimentario global.

Su conocimiento sobre agricultura sustentable, sumado a su experiencia en gestión pública, le permitirán construir puentes con distintas entidades técnicas y académicas, tanto dentro como fuera del país, buscando soluciones innovadoras y sostenibles para el futuro del agro argentino.

El sector agropecuario, y la sociedad en general, observan con atención los primeros pasos de Giraudo al frente del Senasa, esperando que su gestión esté a la altura de los desafíos y que contribuya a construir un futuro próspero y sostenible para el agro argentino.

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Laboratorio de Analisis Clínicos

Mario Maestu